El 18 de Octubre de
1945, veinticuatro horas después de pronunciado por Rómulo Betancourt el
discurso, estalló la revolución del Ejército y el pueblo que derrocó al
gobierno del Presidente Medina Angarita. Lo reemplazó la Junta Revolucionaria
de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt.
Conciudadanos:
Compañeros de Partido:
He venido esta
noche, una vez más, Acción Democrática a decir su palabra clara y sin
esguinces; ha venido esta noche el Partido del Pueblo a hablarle al pueblo en
su mismo lenguaje sincero y tajante de siempre, agarrando el toro por los
cuernos y llamando las cosas por su nombre. Porque para nosotros la política no
es discusión a la sordina, en trastiendas cómplices, sino abierto, público y
vigoroso debate ante la opinión de las grandes cuestiones nacionales. Así
estamos cumpliendo, lo estamos cumpliendo ya durante cuatro años, aquel
compromiso solemne que contrajimos con nuestro pueblo de venir como partido político
< a romper el pacto infame de media voz >.
Esta noche seré en
algunos aspectos hasta detallista, hasta casuístico, hasta anecdótico, pero voy
hablar con franqueza.
Me va a
corresponder esta noche, resumir los discursos de lso compañeros del comando
nacional del partido que me han precedido ante ese micrófono, fijando y
precisando la actitud de nuestro partido ante el problema de la sucesión
presidencial.
En Mayo de 1945 se realizó
nuestra tercera Convención Nacional. Sin pasajes en Aeropostal, sin puestos en
hoteles pagados pro el Capítulo VII, sin cocteles en el Pabellón del Hipódromo,
con sus propios y pobres recursos de venezolanos que viven todos de su propio trabajo
decoroso, vinieron a Caracas trescientos delegados del partido, de los cuatro
costados de Venezuela, y allí apreciamos cómo estaba tomando cuerpo la
candidatura del General Eleazar López Contreras. En torno suyo se había formado
ya para entonces una agrupación de fuerzas de confesa u oculta vocación antidemocrática,
integrada por individuos erradicados de la administración pública o enquistados
en ella y por personas reclutadas en las clases más conservadoras del país,
enemigos francos o encubiertos de las conquista políticas y sociales alcanzadas
por Venezuela en la última década.
Tres
circunstancias contribuían a que un hombre que se retiró del poder en el1941,
siendo un cadáver político, estuviera aglutinando en torno suyo corrientes de opinión.
Esas tres circunstancias eran que el General López Contreras aparecía como el único
candidato ya lanzado a la arena de la lucha política. La segunda, el
descontento nacional existente por la ineptitud administrativa de la autocracia
gubernamental, por el florecimiento del peculado, que han caracterizado a la administración
de Medina Angarita. Y la tercer circunstancia: la actitud ambigua que venía
adoptando frente a la candidatura de López Contreras el partido elector, el
Partido con la determinante mayoría de Diputados y Senadores en el Congreso
Nacional: el Partido Democrático Venezolano.
Nuestra Convención
apreció con clara perspicacia política la situación existente, y por eso no se limitó
exclusivamente a rechazar la candidatura en marcha del General López, con lo
cual se definió consecuente con su programa, con su razón de ser histórica, con
su compromiso contraído con la democracia y con el pueblo, sino que fue más
lejos: le planteó al PDV. la necesidad de que definiera y precisara su actitud
ante la candidatura de López Contreras.
El 27 de mayo fue
publicada nuestra carta a ese partido. El directorio del PDV. contestó en
lenguaje equilibrista pero bastante revelador que el General López Contreras no
sería su candidato. En esta forma contribuyó decisivamente nuestro partido a
que quedara revelado siquiera parcialmente que no se cernía sobre el país el
peligro de que el candidato de Miraflores fuera López Contreras y con él la
posibilidad de que retornar legalmente al Poder quien está actualmente
encarnando, sean cuales fuesen sus intenciones subjetivas, un movimiento político
signado definitivamente con característica de retroceso político y social.
Despejada esa incógnita,
quedaba otra, esta:¿ Cuál era el hombre del régimen siquiera medianamente
tolerable que pudiera ser concebido como una transición entre los Presidente
impuesto y el Presidente que construya el pueblo con la arcilla de su propio
voto?
Analizando los
candidatos viables, la Dirección del partido consideró que el que ofrecía un mínimo
de garantías era el Dr. Diógenes Escalante. Voy a precisar las razones por las
cuales lo hicimos, insistiendo en la explicación tan clara de nuestro
presidente Rómulo Gallegos. Su alejamiento del país en cargos diplomáticos lo mantenía
desvinculado de la zarabanda de desaciertos peculados que caracterizan al
actual gobierno de nuestro país; la circunstancia de ser Embajador en Washington,
que es una especie de superministerio, le permitía conocer los problemas
fundamentales de Venezuela, que desembocan todos en la Casa Blanca. Su ausencia
del país lo mantenía apartado de los altos sínodos camarillescos del pedevismo
y su propia personalidad permitía que en torno de él se realizara una agrupación
de fuerzas políticas y económicas desvinculadas del absorbente oficialismo, condición
que hiciera posible sostenerlo en el Poder si se resolvía mañana a realizar y
cumplir un programa propio de gobierno, desvinculado de la tutoría de Medina y
del PDV.; un programa de gobierno que le permitiera a nuestro país superar esta
situación del pueblo gobernado primitivamente, tribalmente, que viene sufriendo
desde hace tantas décadas. Analizada la situación así, la Dirección del partido
acordó que viajáramos a Washington mi querido compañero el doctor Raúl Leoni y
yo. Fuimos con los propios, con los pobres recursos de un partido que no tiene
fuentes de ingreso inconfesables.
18 Octubre de 1945 Civiles y Militares: camino Democràtico..24 Noviembre de
1948.. Militares. El golpe. El camino dictatorial
25 de noviembre de
2012 a la(s) 5:37
24 de Noviembre de
1948. Mensaje al país de los integrantes de la Junta Militar de Gobierno-Noviembre,
1948.
" En atención a
que las Fuerzas Armadas Nacionales han asumido el control de la situación de la
República conforme a manifiesto de esta misma fecha radiado a los venezolanos,
los suscritos, sus representantes, reunidos en el Salón de Gobierno del Palacio
de Miraflores, constituyen por la presente Acta una Junta Militar de Gobierno
formada por los Tenientes Coroneles Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez
Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, el primero actuará como Presidente".
Así se inició una involución política histórica del acontecer Republicano de la
Patria...
Los militares del 45
que cohabitaron con los civiles en el derrocamiento de Isaías Medina Angarita. Ahora-
arrebataban el Poder democrático al primer Venezolano electo, por votación,
directa, universal y secreta. El maestro de las letras venezolanas Don Rómulo
Gallegos... En su primer mensaje a la nación los militares expresaban:
" Toca ahora al pueblo venezolano, qué ha sido siempre el paradigma de
patriotismo y de serenidad, asumir la actitud que le corresponde seguro de que
todas las medidas de orden progresistas tomadas hasta la fecha serán mantenidas
en todo su vigor, siendo la mejor intención de las Fuerzas Armadas Nacionales
que en adelante, y por los órganos precisos, se proceda a aplicar efectivamente
todas aquellas otras necesarias a su mejoramiento y bienestar...." De la
responsabilidad que el pueblo venezolano sepa asumir en este momento histórico,
y del rápido restablecimiento de la normalidad, depende le encauzamiento hacia
el orden constitucional adecuado a la verdadera realidad venezolana y surgido
de la voluntad nacional, libre e imparcialmente manifestada a través de las
organizaciones políticas..." Son fragmentos de aquel primer discurso de
los militares de la Junta, que dieron al traste con el gobierno democrático de Gallegos...
Parece deducirse por la orgánica redacción que estaba metida la mano del más
culto de militares- Carlos Delgado Chalbaud- el Presidente de la Junta Militar.
Marcos Pérez Jiménez,
miembro de la Junta Militar y Ministro de la Defensa en su alocución del 26 de
Noviembre de 1948..."Al encargarme del Ministerio de la Defensa Nacional,
dirijo un saludo cordial a los integrantes de las Fuerzas Armadas Nacionales,
expresivo de mis deseos porque la institución siga adelantando por los senderos
de superación dentro del marco de una absoluta.. Quien así se expresaba era el
Jefe Militar de la asonada del 24 de Noviembre de 1948...
Sin duda que Marcos Pérez
Jiménez ha sido el más completo conspirador, que ha tenido el país, un
conspirador para asonada, para cuartelazo, para insurrección militar, para
golpe de estado. De los tres golpes de estado exitosos en siglo XX, dos tienen
como principal planificador y coautor a Marcos Pérez Jiménez: el 18 de Octubre
de 1945 y el 24 de Noviembre de 1948. En el tercer golpe de estado exitoso, 23
de enero de 1958, Pérez Jiménez participó como víctima.
Sin Marcos Pérez
Jiménez no hubiera habido 18 de Octubre de 1945. Y sin Rómulo Betancourt no
hubiera habido Trienio Populista. El ingrediente golpista lo puso Pérez Jiménez.
El ingrediente ideológico, revolucionario, lo aportó Rómulo Betancourt. Son dos
personajes distintos y parecidos. Ambos hijos del pueblo. Ambos esforzados en
su propio camino. Ambos retacos y de abombado vientre ovoide. Ambos un tanto
anublados con gafas de grueso carey. Ambos sobresalieron en lo suyo, Pérez
Jiménez número uno en todos los cursos, Betancourt, el socialdemócrata más
relevante del país y de varios países. Betancourt era más inteligente que Pérez
Jiménez, pero éste tenía más realismo para la organización administrativa y más
sentido ejecutivo de la administración. Ambos mañosos, a su manera; los dos, a
su manera, audaces. Betancourt, desprendido con el dinero; Pérez Jiménez
afanoso de pasiones pecuniarias.
El Presidente Rómulo
Gallegos era un hombre de introspecciones y largos diálogos consigo mismo. En
medio de la candela política de mediados de 1948 pasaba días en la serranía del
Junquito.. Cuando el canciller Andrés Eloy Blanco lo visitaba no era para comentar
la situación política o para abordar problemas del Estado o de asuntos diplomáticos,
sino para hablar de poesía y literatura. Sólo Gonzalo Barrios le trataba
problemas del gobierno o le llevaba documentos que requerían de su firma. Así
queda expresado para la historia en boca de Rómulo Betancourt, en el libro
Rómulo Betancourt.
Gallegos quiso ser el
Presidente de la concordia; pero su visión del bien público tenía que chocar
contra los prejuicios y los privilegios de una sociedad oscuramente
condicionada por largos años de aislamientos, de corrupción, de violencia del
fuerte contre el débil y de una ausencia de legalidad que protegiera, siquiera
rudimentaria, la aplicación de los principios que las diversas Constituciones
escritas formalmente recogían. Por otra parte , su Partido AD y los sindicatos
obreros interesados en sostener e impulsar el nuevo orden y en lograr que diera
sus frutos, tal vez no encontraron por inexperiencia el tono que convenía para
aplacar el sobresalto, sincero o fingido, de los intereses que se consideraban
amenazados. Algunos militantes parecían especializarse en un lenguaje retador
que convocaba al contraataque a todos los demonios del pasado inmediato.
Además, las Fuerzas Armadas, todavía no muy alejadas de perniciosos
antecedentes, conservaban en su seno elementos ambiciosos que oteaban las
ventajas materiales del Poder y no se mostraban sordos a las incitaciones
provenientes del mundo civil, con sus leguleyos y traficantes ansiosos de
colaborar en cualquier atropello suculento. La conspiración se puso en marcha.
Seguidamente rechazó
todos los puntos diciéndoles: " Lo que ustedes me proponen con respecto a
Betancourt es la inconsecuencia entre amigos personales y políticos, clásica de
la historia de Venezuela, y en la cual no voy a incurrir por dignidad propia,
el Comandante Vargas a quien ustedes llaman Mario Ricardo como camaradas
de armas y "amigos íntimos" que son, es un hombre honesto y patriota
gravemente enfermo en Estados Unidos, y si quisiera venir a pasar sus últimos días
en la patria, no sería yo quien se lo impediría, pues en ello va también algo
de mi dignidad; en cuanto al Comandante de la guarnición de Maracay, contra
quien se ensañan porque lo saben leal a mi gobierno, podría ser que yo lo
removiera cuando fuere conveniente, pero no por imposiciones ni por acuerdos
extraños; los edecanes son jóvenes militares que se sientan a mi mesa, con la
cual queda dicho que no renuncio al derecho de escogerlos personalmente; y en
cuanto a la desvinculación de mi gobierno del partido Acción Democrática, yo sé
bien lo que eso significaría conforme a la reciente experiencia del Presidente
del Perú. Si doy la espalda a la fuerza política que me ha apoyado y entre
cuyos miembros me cuento, además de cometer una deslealtad quedaría expuesto a
las maniobras de cualquier ambicioso. Ya no serían ustedes, sino el mismo policía
de la puerta quien un día cualquiera me impediría la entrada a Miraflores”.
Luego agregó " Les dejo aquí para que tomen un acuerdo en conformidad con
mi respuesta; ya mi suerte está echada, la de la República queda en manos de
ustedes".
Sin duda que Marcos Pérez
Jiménez ha sido el más completo conspirador, que ha tenido el país, un
conspirador para asonada, para cuartelazo, para insurrección militar, para
golpe de estado. De los tres golpes de estado exitosos en siglo XX, dos tienen
como principal planificador y coautor a Marcos Pérez Jiménez: el 18 de Octubre
de 1945 y el 24 de Noviembre de 1948. En el tercer golpe de estado exitoso, 23
de enero de 1958, Pérez Jiménez participó como víctima.
Sin Marcos Pérez
Jiménez no hubiera habido 18 de Octubre de 1945. Y sin Rómulo Betancourt no
hubiera habido Trienio Populista. El ingrediente golpista lo puso Pérez Jiménez.
El ingrediente ideológico, revolucionario, lo aportó Rómulo Betancourt. Son dos
personajes distintos y parecidos. Ambos hijos dle pueblo. Ambos esforzados en
su propio camino. Ambos retacos y de abombado vientre ovoide. Ambos un tanto
anublados con gafas de grueso carey. Ambos sobresalieron en lo suyo, Pérez
Jiménez número uno en todos los cursos, Betancourt, el socialdemócrata más
relevante del país y de varios países. Betancourt era más inteligente que Pérez
Jiménez, pero éste tenía más realismo para la organización administrativa y más
sentido ejecutivo de la administración. Ambos mañosos, a su manera; los dos, a
su manera, audaces. Betancourt, desprendido con el dinero; Pérez Jiménez
afanoso de pasiones pecuniarias.
El Presidente Rómulo
Gallegos era un hombre de introspecciones y largos diálogos consigo mismo. En
medio de la candela política de mediados de 1948 pasaba días en la serranía del
Junquito.. Cuando el canciller Andrés Eloy Blanco lo visitaba no era para comentar
la situación política o para abordar problemas del Estado o de asuntos diplomáticos,
sino para hablar de poesía y literatura. Sólo Gonzalo Barrios le trataba
problemas del gobierno o le llevaba documentos que requerían de su firma. Así
queda expresado para la historia en boca de Rómulo Betancourt, en el libro
Rómulo.
Gallegos quiso ser el
Presidente de la concordia; pero su visión del bien público tenía que chocar
contra los prejuicios y los privilegios de una sociedad oscuramente
condicionada por largos años de aislamientos, de corrupción, de violencia del
fuerte contre el débil y de una ausencia de legalidad que protegiera, siquiera
rudimentaria, la aplicación de los principios que las diversas Constituciones
escritas formalmente recogían. Por otra parte , su Partido AD y los sindicatos
obreros interesados en sostener e impulsar el nuevo orden y en lograr que diera
sus frutos, tal vez no encontraron por inexperiencia el tono que convenía para
aplacar el sobresalto, sincero o fingido, de los intereses que se consideraban
amenazados. Algunos militantes parecían especializarse en un lenguaje retador
que convocaba al contraataque a todos los demonios del pasado inmediato.
Además, las Fuerzas Armadas, todavía no muy alejadas de perniciosos
antecedentes, conservaban en su seno elementos ambiciosos que oteaban las
ventajas materiales del Poder y no se mostraban sordos a las incitaciones
provenientes del mundo civil, con sus leguleyos y traficantes ansiosos de colaborar
en cualquier atropello suculento. La conspiración se puso en marcha.
GONZALO BARRIOS: DEJÒ
PARA LA HISTORIA SU TESTIMONIO DEL DIFICIL MOMENTO DONDE DON RÒMULO GALLEGOS SE
ENTREVISTÒ EN SU DESPACHO CON LOS MILITARES ENCABEZADOS POR MARCOS PÈREZ JIMÈNEZ,
LUIS FELIPE Llovera PÀEZ, Y EN EL TELON DE FONDO CARLOS DELGADO CHALBAUD,
MINISTRO DE LA DEFENSA Y PERSONA MUY QUERIDA POR EL PRESIDENTE GALLEGOS....
" El 1º de julio
de 1946, atendiendo una invitación del Presidente Truman, inició el Presidente
Gallegos una visita oficial a EE.UU., con el fin principal de asistir a la inauguración
de la estatua de Bolívar en la población que lleva su nombre en el Estado de
Missouri. Dejó Encargado de la Presidencia al Ministro de la Defensa Cnel.
Carlos Delgado Chalbaud. Conservo como recuerdo personal las insistencias
seguridades que éste en privado daba al Presidente acerca del buen
recaudo en que dejaba la Magistratura. En efecto, durante la ausencia del
Presidente no se produjo intento de golpe y el país se ahorró la vergüenza
adicional que hubiera significado la traición en la ausencia del Jefe del
Estado. Pero la intriga avanzaba entre rumores y conjeturas. El desenlace ocurrió
como se sabe el 24 de Noviembre. Como Secretario de la Presidencia fui testigo
presencial de las diversas fases del proceso. El profesor universitario de
Oklahoma, Lowell Dunham,autor de una historia muy bien documentada sobre la
vida y obra de Rómulo Gallegos, me solicitó un relato de las diversas
incidencia culminante. Le ofrecí mi testimonio en una carta , que contiene una versión
más fresca y más completa de lo que ahora pudiera yo intentar..."
" ,,, Después de varios días
de tensión y tras la visita que hizo al cuartel Ambrosio Plaza el Presidente
Gallegos, para dirigir allí la palabra a los oficiales, el Ministro de la
Defensa Delgado Chalbaud le pido ser recibido en unión de los Comandante Pérez Jiménez
y Llovera Páez... La entrevista fue acordada y se fijó para el día 19 de
noviembre. A la hora indicada, o sea a las once de la mañana, en mi carácter de
Secretario General de la Presidencia y amigo de confianza del señor Gallegos ,
me encontraba en mi despacho esperando a los visitantes. Había venido
circulando el rumor de que el Ejército presentaría un pliego de peticiones al
Presidente, especie de ultimátum, que es fórmula socorrida por los
militares latinoamericanos cuando pretenden intervenir en política y cerrar la vía
legítimo gobierno civil. A pesar de que Delgado Chalbaud se había
mostrado muy satisfecho de las palabras de Gallegos en el cuartel Ambrosio
Plaza y que casi daba por liquidada la tensión, Gallegos y yo esperábamos que
la visita no sería precisamente para corroborar esa falsa expresión
exteriorizada por el Ministro de la Defensa. Los militares fueron introducidos
al despacho presidencial y los invité a tomar asiento en un amplio sofá,
adosado a una de las paredes, caís al frente del escritorio tras el cual se
hallaba el Presidente. Este se levantó pausadamente y ocupó un sillón separado
del sofá por una pequeña mesa; a su lado ocupé otro asiento. Lo más
impresionante en esta entrevista histórica fue que Rómulo Gallegos, abandonando
la actitud de indignación e impaciencia con que había acogido hasta
entonces los atrevimientos más o menos disimulados de los militares, se revistió
de una serenidad y de una dignidad que lo suponían a simple vista como un símbolo
de la legalidad republicana, de la moral cívica y de la cultura amenazadas...
Esperábamos que Pérez Jiménez
sacara al fin del bolsillo lo que parecía ser el pliego del Ejército y que ya había
demostrado llevar consigo en ocasión anterior. Pero fue Delgado Chalbaud quien
extrajo de su guerrera un papel, con apuntes manuscritos y con voz vacilante
manifestó al Presidente Gallegos que iba a informarle de los puntos que constituían
las demandas del Ejército. Los enumeró así 1º Expulsión del país
de Rómulo Betancourt. 2º Prohibición del regreso del Comandante Mario R.
Vargas.- 3º Remoción del Comandante Gámez Arellano, jefe de la guarnición de
Maracay. 4º Remociones y cambios entre los edecanes presidenciales. 5º Desvinculación
del partido Acción Democrática. Con su misma actitud ya apuntada, el Presidente
Gallegos manifestó que iba a contestar de inmediato sus peticiones, advirtiéndoles
que lo haría por considerarlo conveniente desde el punto de vista de sus
funciones. Precisó: " Quiero recordarles que de acuerdo con la Constitución
que he jurado cumplir y defender, los dos únicos Poderes ante los cuales tengo
que rendir cuenta de los actos de gobierno son, en primer término , el Congreso
Nacional, y luego el Poder Judicial, sí es que contra mi persona es incoado
juicio en la forma legal. Pero de acuerdo con esa Constitución que ustedes también
han jurado respetar, defender y hacer respetar, no puedo ni debo aceptar imposiciones
ni rendir cuenta de mis actos ante ese otro organismo llamado Fuerzas Armadas Nacionales,
cuyos deberes y derechos de cuerpo no deliberantes los define claramente la
Carta Fundamental de la República y que no son, precisamente, los que ustedes
en estos momentos están pretendiendo ejercer".
Seguidamente rechazo
todos los puntos diciéndoles: " Lo que ustedes me proponen con respecto a
Betancourt es la inconsecuencia entre amigos personales y políticos, clásica de
la historia de Venezuela, y en la cual no voy a incurrir por dignidad propia,
el Comandante Vargas a quien ustedes llaman Mario Ricardo como camaradas
de armas y "amigos íntimos" que son, es un hombre honesto y patriota
gravemente enfermo en Estados Unidos, y si quisiera venir a pasar sus últimos días
en la patria, no sería yo quien se lo impediría, pues en ello va también algo
de mi dignidad; en cuanto al Comandante de la guarnición de Maracay, contra
quien se ensañan porque lo saben leal a mi gobierno, podría ser que yo lo
removiera cuando fuere conveniente, pero no por imposiciones ni por acuerdos
extraños; los edecanes son jóvenes militares que se sientan a mi mesa, con la
cual queda dicho que no renuncio al derecho de escogerlos personalmente; y en
cuanto a la desvinculación de mi gobierno del partido Acción Democrática, yo sé
bien lo que eso significaría conforme a la reciente experiencia del Presidente
del Perú. Si doy la espalda a la fuerza política que me ha apoyado y entre
cuyos miembros me cuento, además de cometer una deslealtad quedaría expuesto a
las maniobras de cualquier ambicioso. Ya no serían ustedes, sino el mismo policía
de la puerta quien un día cualquiera me impediría la entrada a Miraflores”.
Luego agregó " Les dejo aquí para que tomen un acuerdo en conformidad con
mi respuesta; ya mi suerte está echada, la de la República queda en manos de
ustedes".
LA TENTACIÒN
DIVISIONISTA DEL EJÈRCITO EN TIEMPOS DE MEDINA ANGARITA
10 de febrero de 2012
a la(s) 12:26
- El
morbo insurreccional dentro del Ejército venezolano se comenzó a incubar
desde la época gomecista y si no llegó a cristalizar en un golpe
triunfante, fue por la conocida atmósfera de represión, terror y
desconfianza en que vivían en aquellos tiempos tanto los militares
como los civiles, pero a pesar de todo hubo conatos de insurrecciones
que resultaron fallidas a la postre, basta citar como ejemplo de ellas las
insurrecciones de 1919 Y de 1928. En una entrevista con el
coronel Martín Carrillo Méndez, con motivo de la grabación de los
programas televisados para la serie " Historia Contemporánea
de Venezuela narrada por sus protagonistas ", nos decía: "
Barquisimeto me reunía para el año 1934 con un grupo de oficiales, entre
otros estaban los Tenientes José León, Marcelo Rangel, Marcel Antonio
Macías y Félix Daniel Rúgeles. A la muerte de Gómez resolvimos por
unanimidad apoyar todos a López Contreras quien se limitó a sacar a los
oficiales de las haciendas, a ponerles uniformes de gala y cambiar el
fúsil dum-dum por otro comprado en Bélgica "
Este respaldo
solidario que tuvo López Contreras en el ejército, le faltó a Medina, en primer
lugar por el distanciamiento entre ambos, y como es natural, dividió a
los viejos generales que venían desde Gómez en un bando leal a Medina y otro
adicto a López Contreras. " Por esto (informes de León Jurado como
Presidente del Estado Miranda) y otras más se enteraba al general Medina de los
pasos que daba el general López Contreras y desde el principio conoció los
nombres de los oficiales que lo incentivaban y eran adictos a su persona, entre
los que figuraban por supuesto algunos uniformados como los generales Juan
Antonio Matute, Celestino Hernández y el Comandante Eleazar Niño y luego porque
además de esta división entre los oficiales medianistas y los lopecistas, había
otra; la de las más recientes generaciones de oficiales frente a los viejos
generales, que los primeros llamaban "chopos de piedra".
A esa lucha sorda
entre las distintas corrientes del Ejército, vino a sumarse una serie de
descontentos entre los jóvenes oficiales que no fueron escuchados a tiempo y
muchos menos canalizados para buscar las causas del mismo, por quienes tenían
no sólo la mejor posición para hacerlo, sino también la obligación de
adelantarse a los reclamos de la oficialidad joven antes de que los mismos
encontraran receptividad entre civiles dispuestos a comprometerse con ellos en
una aventura golpista que los llevara a conquistar las posiciones y los cambios
que ambicionaban dentro de las Fuerzas Armadas. Hacemos referencia a los
Ministro de Guerra y Marina seleccionados por Medina, sobre todo los dos últimos.
Refiriéndose a este importante punto dice el general Martín García Villamil en relación
a Medina: "Quizás su responsabilidad mayor consistiera en seleccionar a
sus dos últimos Ministro de Guerra y Marina entre oficiales profesionales, uno
de los cuales estaba desligado del medio castrense nacional cuyas características
actualizadas desconocía y el otro, formado en el país, no se hallaba vinculado
a los grupos elitismos en el orden técnico, de las ultimas promociones de la
Academia Militar constituidos por superiores y subalterno en los grados de
Mayores, Capitanes Tenientes y Subtenientes, donde se habían constituido núcleos
deliberantes... El Estado Mayor General construido por el más selecto de los
oficiales, estaba a varios kilómetros de distancia del Ministerio de Guerra y
Marina, lo cual impedía normalmente una relación de trabajo eficiente y
efectivo. Allí estuvo el núcleo dirigente de la conspiración militar.
Las causas que
esgrimieron los militares golpistas de octubre para explicar su actuación
fueron de variada índole: unas económicas, otras técnicas; unas personales,
otras inherentes a la estructura y equipo del Ejército en conjunto y no
se limitaron a éste naturalmente, sino que aparecieron también en
la Armada y en la Fuerza Aérea....
EL ERROR DE LOS
CIVILES EL 18 DE OCTUBRE DE 1945. NO INCLUIR A PÈREZ JIMÈNEZ EN LA JUNTA
REVOLUCIONARIA DE GOBIERNO.
22 de enero de 2013 a
la(s) 21:31
§
Betancourt sabía lo que se estaba
armando. Les informó sus llegados sobre la conversación que tuvo con el
embajador Walter Donnelly, a pedido suyo, cuando lo encontró, el 8 de Junio de
1948, en una fiesta en la casa de Mr. Crebbe, alto
ejecutivo de la Mene Grande.
Yo no me chupo el dedo
con los manejos de algunos militares- dijo. Ellos se aprovechan de algunos desajustes
que aún persisten en el Ejército para hablar mal del Presidente y de todo el
mundo. Lo que dicen me llega al instante:
hablan maravillas del
nuevo modelo instalado por Perón, se les tensan las venas del cuello cuando
claman el cielo, los brazos en cruz, el garrote convulso por el camino
que ha abierto Perú el general Manuel Odra; entablan un diálogo con los
partidos de oposición, sin dejar afuera a los comunistas. Hasta se les esponja
el pecho para hablar de los Estados Unidos.
Señor embajador, le
advierto que, por el contrario, la actitud de Carlos Delgado Chalbaud es otra,
y no creo que sea un obstáculo para la obra que adelanta el Presidente.
El Presidente Gallegos
salió en gira hacia Washington el 30 de junio, encargo al comandante Carlos
Delgado Chalbaud, Ministro de la Defensa, déjanos encargado de ese despacho al comandante
Marcos Pérez Jiménez. Esta decisión revela confianza que tenía en Delgado
Chalbaud, hasta el punto de romper la tradición de encargar de `la Presidencia
de encargase de la Presidencia al ministro de Relaciones Interiores, pero Mario
Ricardo Vargas estaba enfermo y un tanto despresgiado. ¿ Nombrará a Delgado y a
tu general por lógica, ¿ no crea un resentimiento al dejar afuera al comandante
Rangel enemigo a muerte del michelereno?
Hasta un brote de
fiebre tifoidea en el cuartel San Carlos ha despertado la alarma porque aún no
se ha informado cuál es la extensión, ni a cuántos militares del recinto ha matado.
Pasaron los días, el presidente Gallegos estuvo dos semanas en los Estados
Unidos, cubrieron a Delgado y tu general las respectivas provisionalidades y
todos los pronósticos se convirtieron en simples habladurías. ¿ Se aplicaron,
desaparecieron los rumores? ¡ Mentira ! A los pocos días, ya surgió otra
ola, más altas y más rugiente, y empezó a hablarse de pliegos militares que van
y vienen, unos más soberbios que otros. Ahora está más cerca de la verdad las conjeturas.
El presidente Gallegos
ha acudido a una reunión con un centenar de oficiales del Cuartel Ambrosio
Plaza, el 17 de Noviembre tenía nueve meses en la silla. Ante ese mar de gorras
y entorchados, Rómulo Gallegos parecía un Santos Luzardo bordeando un tremedal
en la sabana sin fin.
El pliego de los
uniformados contempla, entre otros puntos, la partida del exterior de
Betancourt mientras el país se estabilice, medidas de limitación de funciones
de varios altos oficiales presuntos simpatizantes de AD, y cese de la intromisión
de AD en las funciones de gobierno. El presidente logra dominar su indignación
ante una invasión tan grosera de sus atribuciones y les explica con giros
contundentes del despropósito del pliego. Termina como un intelectual sólo sabe
hacerlo
- mi `suerte está
echada; la de la República queda en manos de ustedes.
18 DE OCTUBRE 1945.¿ REVOLUCIÒN¿ ¿GOLPE DE ESTADO?
18 de octubre de 2010
a la(s) 17:25
18 DE OCTUBRE DE 1945:
¿REVOLUCION? ¿GOLPE DE ESTADO?
La pasión
sobre la repercusión del 18 de Octubre 1945, no ha disminuido, con el
apasionamiento que nos caracteriza a los venezolanos, todavía: eterno dilema
¿Fue un golpe de Estado? ¿ O una Revolución?. Los partidarios de
irreconciliables atrincherados en posiciones inamovibles, mantienen sus puntos
de vista invariables. Pero sin, duda, hoy 18 Octubre 2012, cuando se cumplen 65
años de haber acontecido, nadie puede dudar por mucha "miopía" que el
papel protagónico de Romulo Betancourt, AD, en su tronco original, constituyó
un hecho histórico trascendente, no exentos de errores, de injustica con los
enjuiciado con los Tribunales Administrativos, el sectarismo andino, todo eso
se puede argumentar con todo rigor histórico comenzó un liderazgo democrático
encabezado por Betancourt, y el nacimiento de una nueva Venezuela, que a juicio
de muchos historiadores, fue la llegada tardía del Siglo XX. De allí en
adelante nadie duda que la soberanía reside en el pueblo.
Betancourt, fue un
hombre muy polémico y lo sigue siendo, pero enconados adversarios de otrora,
hoy le reconocen su dotes de político natural, su oratoria punzante, y su
irreversible voluntad democrática. Allí participaron en primera fila
venezolanos de excepción que hoy no militan en las filas de AD, pero han
entendido las circunstancias históricas con que condujo un proceso de gran
alcance poli clasista, marcando distancia con el Comunismo Internacional, y sus
dos vertientes en Venezuela: Juan Bautista Fuenmayor, y Gustavo Machado, Luis
Miquelena "Los Machamiques" como se les denominaba en los circulos políticos.
UN MEDICO
ENDOCRINOLOGO, AGENTE DE ENLACE DE LA CONSPIRACION MILITAR.
Betancourt, en su
libro VENEZUELA, POLITICA Y PETROLEO. Narra:
" La primera
noticia del para nosotros insospechado descontento que las prácticas del régimen
habìan creado en la oficialidad joven del Ejército, nos llegó en forma sorpresa
y desconcertante. Un día de junio de 1945 se presentó a mi casa el doctor
Edmundo Fernández. Éramos amigos desde los tiempos de la Universidad y hasta
nos unió la camaradería deportiva cuando juntos jugábamos, allá por los años
veinte, como delanteros de un equipo campeón de fútbol. La vida nos separó
luego, rumbeando mis pasos hacia la acción pública y los suyos por los caminos
de la actividad profesional".
"Edmundo Fernández,
disparó la sorpresiva noticia, sin preámbulo: un grupo de oficiales del Ejército,
hostil a la situación imperante, deseaba entrevistarse conmigo. La reacción fue
inesperada nueva no fue la del aventurero político, sino la de quien calificaba
su responsabilidad como un conductor de un gran movimiento popular. Y será el
propio Fernández quien diga en palabras suyas, cuál fue esa reacción: (...) Rómulo
se extrañó de momento ante el deseo manifestado por los militares, pues no tenía
ningún contacto con las Fuerzas Armadas. Se mostraba escéptico y desconfiado, y
mis argumentos no parecían convencerlo.
Pensaba de buena fe
que en el fondo de toda intentona militar se ocultaba alguna intención fascista
y que su Partido, que siempre se había conservado fiel al pueblo, `podía ser
tomado para ocultar ideas antidemocráticas, como podían ser las de un Gobierno
manejado por las bayonetas.
La noticia no era para
guardarla. Ni era concebible la reserva, dentro del concepto de trabajo por
equipo y de absoluta lealtad mutua que ha normado siempre la conducta de los
dirigentes de Acción Democrática. Una hora después de esa entrevista mía con Fernández
ya estamos reunidos los miembros del comando del Partido, deliberando acerca de
la inesperado nueva. Acordamos, después de amplio y esclarecedor debate, que se
escuchara a los militares y que fuéramos cautelosos en los compromisos por
adquirir. La dirección del Partido, ante mi deseo de concurrir a ese primer
encuentro acompañado de otro miembro de nuestro comando, designó a Raúl Leoni,
hombre respetado y querido por toda la organización, para que asistiera también
a esa entrevista inicial.
TENIENTE CORONEL
CARLOS MORALES. (La verdad inédita): ¿Cómo y dónde se celebró dicha entrevista?
En el lugar del doctor Edmundo Fernández. La cita era para las 11 de la noche
del día señalado y a las 9 pm, nos reunimos en el Parque Carabobo, tomando el automóvil
del Teniente Horacio López Conde... Entre todos surgió la pregunta, síntesis de
nuestro éxito o de nuestro fracaso: ¿ en fue forma podríamos abordar a
Betancourt para ganarlo para la causa?... A la hora de la concertada llegamos a
la casa del doctor Edmundo Fernández el mayor Marcos Pérez Jiménez, los
tenientes Martín Márquez Añez, Francisco A. Gutiérrez, Horacio López Conde y
yo. El doctor Fernández que aguardaba a la entrada, nos introdujo a un pequeño salón,
donde ya estaba esperándonos dos civiles... ¿Cuál de los dos era Betancourt?
Las presentaciones de rigor se sucedieron: Rómulo Betancourt y Raúl Leoni (
La Verdad inédita).
La voz cantante en el
grupo militar, por su más alto rango en el escalafón castrense, la llevó
el entonces mayor Marcos Pérez Jiménez, en aquel momento un oficial
subalterno en el antiguo Ministerio de Guerra y Marina...
Lo observaba,
escrutadoramente, mientras hablaba. En traje de civil, con los gruesos anteojos
de carey, el gagueo prolijo, ese no saber qué hacer con las manos mientras
balanceaba las piernas, deba una impresión nada marcial. Parecía un tenedor de
libros, de provincia adentro. De un primer vistazo se le descubría
persona tímida y discursiva, fértil ne palabras más que en ideas, pérdida en la
selva de las vaguedades.
Todo ese prolijo
discurso término desembocando en dos ideas concretas: la oficialidad joven
repudiaba a López Contreras y Medina Angarita, y estaba
dispuesta a dar un golpe de Estado. "Y USTED SEÑOR BETANCOURT, ES LA
PERSONA QUE CREEMOS DEBE ENCARGARSE DEL GOBIERNO".
LA "UNIÒN MILITAR
PATRIÓTICA".< SU PAPEL PROTAGÓNICO EN EL GOLPE 18 DE OCTUBRE DE
1945>
§ En los primeros días de junio de
1945, en la modesta casa del teniente coronel Edito Ramírez, ubicada en
el " Barrio Militar”. de Catia, se efectuó lo que se llamaba "
Asamblea Revolucionaria" constitutiva de la " Unión Militar Patriótica".
A esta reunión asistieron trece
oficiales: los mayores Marcos Pérez Jiménez y Julio Cesar Vargas, - quien
acababa de regresar de un curso de la Escuela Superior de Guerra- su hermano el
capitán Mario Ricardo Vargas, Miguel Nucete Paoli, Teresio Contreras
Vivas, Martín Carrillo Méndez y Evelio Roa Castro; los tenientes Edito José Ramírez
Rosales, Horacio López Conde, Francisco Gutiérrez Prado, Carlos Morales, Régulo
Pacheco Rivas y el subteniente Martín Márquez Añez. De los trece oficiales
fundadores de la logia militar que va a derrocar al Presidente Medina cinco
meses más tarde, doce eran andino y uno- Horacio López Conde-central.
Por votación de la Asamblea constitutiva
de la " Unión Militar Patriótica" nombró un " Comité
Directivo", el cual quedó formado por los Mayores Marcos Pérez Jiménez y
Julio Cesar Vargas. Al teniente de la aviación Horacio López Conde, que servía
en la Casa Militar del Presidente en el Palacio de Miraflores se le nombró enlace
con la Fuerza Aérea.
* Julio Cesar Vargas fue captado
por el grupo por el Tte. Edito Ramírez. Tenía problemas personales con Pérez Jiménez,
quien le reprochó a Ramírez haber traído a Julio Cesar Vargas al grupo.
Como objetivos estratégicos de la acción
revolucionaria para derrocar al gobierno de Medina, se señalaron las plazas
militares de Caracas y Maracay, entendiendo que logrado el control de sus
cuarteles más importantes, las acción subversiva triunfaría en todo el país
desde el punto de vista militar.... Fijado el objetivo y los medios militares
para lograrlo, faltaba el aspecto político indispensable para reemplazar al
gobierno derrocado por un gobierno revolucionario. Después de algunas
consideraciones, los conjurados militares llegaron a la unánime conclusión que
lo más conveniente era procurar asociarse con el partido Acción Democrática,
dirigido por los famosos escritores Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco y cuyo
secretario general, Rómulo Betancourt, tenía prestigio de aguerrido luchador
revolucionario, miembro de la generación de estudiantes que en 1928 se habìan
alzado en contra de Gómez, y cuyos artículos diarios en El País eran leídos por
ellos. Para
establecer relación con Acción Democrática, se decidió que el teniente
Francisco Gutiérrez hiciera contacto con su amigo Luis Beltrán Prieto Figueroa,
y el teniente Horacio López Conde buscaría concertar una reunión con Rómulo
Betancourt.
Aun cuando la iniciativa de la conjura partió
del Capitán Mario Vargas, el cabecilla del grupo de los trece oficiales
fundadores de la Unión Militar Patriótica era el mayor de 31 años, Marcos Pérez
Jiménez, quien había nacido en el Táchira en el pueblo de Michelena el 25 de
abril de 1914. Estudioso, disciplinado y muy ambicioso, desde el primer
dìa el joven Marcos Pérez Jiménez ocupó los primeros lugares en los
estudios y terminó con los mayores honores de su promoción y en1934 recibió las
presillas de subteniente de manos del Ministro de Guerra y Marina, el General
Eleazar López Contreras. En ese acto, el General Gómez le obsequió un reloj.
Era el premio que había ofrecido al cadete que se graduaba en el primer lugar
de su promoción.
Tras la muerte de Gómez, Pérez Jiménez
fue ascendido en 1936 a teniente cuando tenía 22 años. Tres años más tarde, en
1939 fue enviado al Perú por el Ministro de Guerra, general Isaías Medina
Angarita para hacer cursos en la Escuela de Aplicación de Artillería y de
Comando del Estado Mayor en la Escuela Superior de Chorrillos. En 1941, Pérez Jiménez
fue ascendido a capitán y por su capacidad y superior preparación técnica pasó
a ser el profesor en varias materias en la Escuela Militar, y dictó cursos y
conferencias de Aplicación de Infantería y de Doctrina de Guerra en varios
cursos de oficiales. Todo ello le ganò el respeto de sus superiores, de
sus colegas y de sus subalternos. El aspecto resaltante de su personalidad era
su enorme ambición.
En Febrero de 1945, Pérez Jiménez
se había casado con Flor Chalbaud, hija del general Antonio Chalbaud, hija del general
Antonio Chalbaud Cardona, uno de los más altos y poderosos jefes
militares del gobierno de Medina, quien había sido el primer Ministro de Guerra
del general López Contreras y en ese momento era Inspector General del Ejército.
En octubre de 1945, con el grado de mayor, Pérez Jiménez ocupaba la jefatura de
una importante sección del Estado Mayor.
El primer contacto de los conspiradores
con Rómulo Betancourt, se hizo a los pocos días de haber sido constituida la Unión
Militar Patriótica en junio de 1945, cuando el teniente Horacio López Conde, le
hizo saber al primo de su esposa, el médico Dr. Edmundo Fernández, de la
existencia de la Unión Patriótica Militar y del interés de su jefe, el mayor
Marcos Pérez Jiménez, en conversar con el secretario general de Acción Democrática.
* La primera entrevista se realizó
en la casa de habitación del doctor Edmundo Fernández. Concurrieron los
militares mayor Marcos Pérez Jiménez y los tenientes Márquez Añez, Horacio López
Conde y Carlos Morales. Por ser de mayor rango, llevó primero la palabra el
mayor Pérez Jiménez. Hablo prolijamente. En traje civil y con anteojos de
carey... Expuso que la mayoría de oficiales subalterno habìan formado la Unión Patriótica
Militar para derrocar al gobierno. Habló de la insatisfacción del país por la
ausencia de ética administrativa y de la negativa oficial que se realizaran
elecciones libres. Puso énfasis en señalar la situación interna de las fuerzas
armadas, la cual calificó de pésima. Dijo que los militares jóvenes
comprometidos dentro de la conspiración, no aspiraban a gobernar ellos mismos,
sino que se organizase un gobierno provisional presidido por un civil, mientras
el pueblo escogiera un nuevo Presidente de la República, en elecciones
generales. Y concluyó: " Hemos llegado a la conclusión de que el civil que
deberá presidir el gobierno provisional sea usted, señor Betancourt".
La sublevación militar que se inició en
la mañana del 18 de Octubre de 1945 cuando el mayor Delgado Chalbaud sacó su
arma y sometió al Coronel Ruperto Velasco, fue el estallido prematuro de que se
había acordado y se había estado preparando, desde hacía cinco meses, entre la
" Unión Militar Patriótica", una logia militar secreta dirigida por
Marcos Pérez Jiménez, los hermanos Julio César y Mario Vargas Cárdenas y diez
oficiales más, con Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto y Gonzalo
Barrios del partido Acción Democrática.. Los demás alto rango militar eran
siete mayores. Todos los demás eran capitanes, tenientes y subtenientes,
organizados por un sistema de " células " y la mayoría ubicados en
Caracas y Maracay. A fines de septiembre el mayor Carlos Delgado Chalbaud se incorporó
al grupo conspirador y fue inmediatamente invitado a la directiva.
En la tarde, domingo 14 de Octubre al
lado de la noticia de la candidatura de López Contreras, el capitán Raúl Castro
Gómez, edecán del Presidente Medina estaba en conocimiento de la conspiración y
sabía quiénes eran los miembros de la directiva de la Unión Militar Patriótica....
Ante la gravedad de las implicaciones de la noticia recibida de boca de un edecán
del Presidente Medina, lo cual hacia presumir una delación, el Comité Directivo
de la Unión Militar Patriótica se reunió de urgencia en una casa de La
Floresta, esa misma noche y consideró la necesidad de dar el golpe ese misma semana. El mayor Pérez Jiménez lo objeto
alegando que el Ejército no estaba preparado para dar el paso ya que no habían
suficientes oficiales conjurados, con mando directo sobre tropas acantonadas en
cuarteles importantes dotados con las armas y municiones necesarias para una acción
militar. Desde un punto de vista militar, Pérez Jiménez tenía razón. Los demás
conjurados discreparon de él. La necesidad de adelantar el golpe como fuera,
era imperativa ya que la delación lo echaría todo por tierra. Por ello,
acordaron que al día siguiente se comunicarían con Rómulo Betancourt...
No fue posible hallar a Betancourt el lunes 15 y nada anormal sucedió ese día.
Eso les hizo dudar si en verdad el Presidente Medina sabía de la conspiración.
En la mañana del martes 16, Carlos Delgado Chalbaud, el capitán Mario
Vargas y el teniente Edito Ramírez intercambiaron en la Escuela Militar informaciones
acerca de los indicios que cada quien había recabado y llegaron a la convicción
que la conjura había sido descubierta. A la información recibida por Delgado
Chalbaud de su primo-hermano Raúl Castro Gómez, Mario Vargas añadió la de que él
tenía y provenía del capitán Elio Quintero Medina, sobrino y edecán del
Presidente Medina, quien al parecer se había enterado de la conspiración y
seguramente ya se lo habría participado a su tío. Ello ratificó su
convencimiento de que era necesario actuar a pesar de que no estaban
preparados, y acordaron reunirse esa tarde con la Directiva y con Rómulo
Betancourt para decidir lo que se debía hacer.