Los partidos Acción Democrática, Social Cristiano Copei y Unión Repúblicana
Democrática, previa detenida y ponderada consideración de todos los elementos
que integran la realidad histórica nacional y la problemática electoral del
pais, y ante la responsabilidad de orientar la opinión pública para la
consolidación de los principios democráticos, han llegado a un pleno acuerdo de
unidad y cooperación sobre las bases y mediante las consideraciones siguientes:
1º- Como es del conocimiento pùblico,
durante varios meses las distintas fuerzas políticas que han participado en las
acciones unitarias para la defensa del régimen democrático han mantenido
conversaciones destinadas a asegurar la inteligencia, mutuo respeto y
cooperación entre ellas, interesadas por igual en la consolidación de la unidad
y la garantía de la tregua política, sin perjuicio de la autonomía organizativa
y caracterización ideològica de cada uno, conforme se declaró expresamente en
el acta de ampliación de la Junta Patriótica firmada el 25 de enero de 1958 por
los partidos politicos que la integraban inicialmente.
El resultado obtenido es favorable, toda vez que las naturales divergencias
entre los partidos, tan distintas de unanimismo impuesto por el despotismo, se
han canalizado dentro de pautas de convivencia que hoy más que nunca es
menester ampliar y garantizar. El anásis cabal de los antecedentes, de las
características actuales y de las perspectivas de nuestro movimiento
democrático, la ponderación comprensiva de los intereses legítimamente
representados por los partidos a nombre de centenares de miles de sus
militantes; el reconocimiento de la existencia de amplios sectores
independientes que constituyen factor de la vida nacional; el respaldo de las
Fuerzas Armadas al proceso de afirmación de la República como elemento
institucional del Estado sometido sometido al control de las autoridades
constitucionales, y el firme propósito de auspiciar la unión de todas las
fuerzas ciudadanas en el esfuerzo de lograr la organización de la Nación venezolana,
han estado presentes en el estudio de las diferentes fórmulas propuestas. La
sincera definición y defensa de los derechos que asisten a los partidos como
representantes de grandes núcleos nacionales y la preocupación común de atender
en conjunto a los intereses perdurables de la Nación, sí bien han podido en
forma ocasional provocar la generosa impaciencia de calficados valores de la
opinión, son la garantía de que las deliberaciones han respondido a un serio y
responsable enfoque de las urgencias del país.
2º- Las minuciosas y largas conversaciones han servido para comprometer a
las organizaciones unitarias en una política nacional de largo alcance, cuyos
dos polos podemos definir así: a) seguridad de que el proceso electoral y los
Poderes Públcios que de él van a surgir respondan a las pautas democráticas de
la libertad efectiva del sufragio; b) garantía de que el proceso electoral no
solamente evita la ruptura del frente unitario, sino que lo fortalezca mediante
la prolongación de la tregua política, la despersonalización del debate,
la erradicación de la violencia interpartidista y la definición de normas que
faciliten la formación del Gobierno y de los cuerpos deliberantes de modo que
ambos agrupen equitativamente a todos los sectores de la sociedad venezolana
interesados en la estabilidad de la República como sistema popular de Gobierno.
3º- Establecidos esos principios de cáracter general, COPEI, AD Y URD
comprometen su acción y responsabilidad en los términso siguientes:
a) Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al
resultado electoral. Las elecciones determinarán la responsabilidad en el
ejercicio de los Poderes Públicos, durente el período constitucional 1959-1964;
intervención de las Fuerza contra las autoridades surgidas de las votaciones es
delito contra la Patria. Todas las organizaciones políticas están obligadas a
actuar en defensa de las autoridades constitucionales en caso de intentarse o
producirse un golpe de Estado, aun cuando durante el transcurso de los cinco
años las circunstancias de la autonomía que se reservan dichas organizaciones
hayan podido colocar a cualquiera de ellas en la oposición legal y democrática
al Gobierno. Se declara el cumplimiento de un deber patriótico la resistencia
permanente contra cualquier situación de fuerza que pudiese surgir de un hecho
subversivo y su colaboración con ella también como delito de lesa patria.
b) Gobierno de Unidad Nacional. SI bien el ejercicio del Poder por un
partido es consecuencia legítima de una mayoría electoral, la suerte de la
democracia venezolana y la estabilidad del Estado de derecho entre nosotros
imponen convertir la unidad nacional popular defensiva en gobierno unitario
cuando menos por tanto tiempo como perduren los factores que amenazan el ensayo
republicano iniciado el 23 de enero; el gobierno de Unidad Nacional es el
camino para canalizar las energías partidistas y evitar una oposición
sistemática que debilitaría el movimiento democrático. Se deja claramente
sentado que ninguna de las organizaciones signatarias aspira ni acepta
hegemonía en el Gabinete Ejecutivo, en el cual deben estar representadas las
corrientes políticas nacionales y los sectores independientes del país,
mediante una leal selección de capacidades.
c) Programa mínimo comùn. Para facilitar la cooperación entre las
organizaciones políticas durante el proceso electoral y su colaboración en el
Gobierno Constitucional los partidos signatarios acuerdan concurrir a dicho
proceso sosteniendo un programa mìnimo común, cuya ejecución sea el punto de
partida de una administración nacional patriótica y del afianzamiento de la
democracia como sistema. Dicho programa redactará por separado, sobre las bases
generales, ya convenidas, y se considerará un anexo del presente acuerdo. Como
este programa no excluye el derecho de las organizaciones políticas a defender
otros puntos no comprendidos en él, se acuerda para estos casos la norma
siguiente: ningún partido unitario incluirá en su programa mínimo y, en todo
caso, la discusión pública en los puntos no comunes se mantendra dentro de los
límites de la tolerancia y del mutuo respeto a que obligan los intereses
superiores de la unidad popular y de la tregua política.
4º- El ideal de la unidad como instrumento de lucha contra la tiranía y
contra las fuerzas en aptitud de reagruparse para auspiciar otra aventura
despótica, sería la selección de un candidato presidencial democrático único,
la formación de planchas unitarias para los cuerpos colegiados y la formación
de un frente único a base de un sólo programa integral de Gobierno.
En la práctica se ha evidenciado por diversos factores reales contradicen
esa perspectiva histórica, mas, afortunadamente, hay otros medios idóneos de
preservar la Unidad Nacional. Por consiguiente, lejos de considerar
comprometida la unidad por la comprobación de naturales contradicciones
interpartidistas que se corresponden con la esencia de la actividad
democráticas, las organizaciones signatarias después de confrontar sus
distintas opiniones entre sí y con las emitidas por voceros independientes
autorizados, de la prensa y de otros factores nacionales define:
1) Los requerimientos de la unidad son compatibles con la eventualidad de
diversas candidaturas y planchas legislativas.
2) Para la presentación de varias candidaturas presidenciales y diversas
planchas legislativas pueda verificarse sin menoscabo de la unidad y sin
ruptura de la tregua interpartidista, es indispensable fortalecer el
sentimiento de comùn interés patriótico y la tolerancia y mutuo respeto entre
las fuerzas unitarias, base de lo cual debe ser la sincera y solemne adhesión
de todas las fuerzas democráticas a los puntos contenidos en esta declaración y
el espíritu que la anima, tal como hoy se consagra con la firma de este
documento.
3) Para garantizar la tregua política y la convivencia unitaria de las
organizaciones democráticas, se crea una Comisión Interpartidista de Unidad
encargada de vigilar el cumplimiento de este acuerdo. Dicha Comisión estará
encargada de orientar la convivencia interpartidista, de conocer las quejas que
se produzcan contra las desviaciones personalistas o sectarias en la campaña
electoral y de diligenciar ante cualquiera de los signatarios, y a nombre de
todos, la morigeración (sic) y control en lo que pudiera comprometer la
convivencia democrática.
5º- Para garantizar que varias postulaciones presidenciales y varias
planchas legislativas sean en todo momento expresiones de la voluntad nacional
de celebrar elecciones que en definitiva se traduzcan en fortalecimiento de la
democracia, se proclama:
I. Cada organización queda en libertad de sustentar su propio candidato
presidencial y sus propias planchas para los cuerpos colegiados dentro del
concepto de unidad aquí consagrado y en el sentido de que garanticen la
tolerancia mutua durante la campaña y el cumplimiento de los compromisos
generales convenidos en esta declaración cualquiera que sea la candidatura o
plancha que obtuviera mayor número de votos.
II. Todos los votos emitidos a favor de las diversas candidaturas
democráticas, serán considerados como votos unitarios y la suma de los votos
por los distintos colores como una afirmación de la voluntad popular a favor
del régimen constitucional y de la consolidación del Estado de derecho.
III. La postulación de los candidatos presidenciales y de las planchas
legislativas es de responsabilidad de cada partido o coalición. Será el pueblo
elector a quien le corresponda calificar con el voto cualquier postulación.
Los
partidos que suscriben este documento garantizan la adhesión de los principios
y normas aquí consagrados de sus
respectivos candidatos a la
Presidencia de la República.
IV. Los partidos signatarios se comprometen a realizar una campaña positiva
de afirmación de sus candidatos y programas dentro del espiritu de la unidad,
evitando planteamientos y discusiones que pueden precipitar la pugna
personalista del debate y divisiones profundas que luego pudieran comprometer
la formación del Gobierno de Unidad Nacional.
V. Después de publicado el resultado oficial de las elecciones, tendrá
lugar en Caracas un gran acto popular encargado de ratificar los siguientes
principios:
a. Pública adhesión de todas las organizaciones y candidatos participantes al resultado de las elecciones, como expresión soberana voluntad popular.
a. Pública adhesión de todas las organizaciones y candidatos participantes al resultado de las elecciones, como expresión soberana voluntad popular.
b. Ratificación por parte de las organizacionese signatariass de su sincero
propósito de respaldar al Gobierno de Unidad Nacional, al cual prestarán leal y
democrática colaboraciòn.
Consideran las organizaciones signatarias que la adhesión de todas las
fuerzas políticas a los principios y puntos fijados en esta declaración es una
garantía eficaz para el ejercicio del derecho electoral democrático dentro de
un clima de unidad. La cooperación de los organismos profesionales gremiales,
cívicos y culturales, de la prensa y de personalidades independientes, con los
fines precisados, consolidarán la convivencia nacional y permitirán el
desarrollo de una constitucionalidad estable que tenga en sus bases la
sinceridad política, el equilibrio democrático, la honestidad administrativa y
la norma institucional que son la esencia de la voluntad patriótica del pueblo
venezolano. Como este acuerdo no fija principio o condición contrarios al
derecho de las otras organizaciones existentes en el país, y su leal
cumplimiento no limita ni condiciona el natural ejercicio pro ellas de cuantas
facultades pueden y quieren poner al servicio de las altas finalidades
perseguidas, se invita a todos los organismos democráticos a respaldar, sin perjuicio
de sus concepciones específicas, el esfuerzo comprometido en pro de la
celebración del proceso electoral en un clima que demuestre la aptitud de
Venezuela para la práctica ordenada y pacífica de la democracia.
Caracas. 31 de octubre de 1958.
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